sábado, 19 de julio de 2014

#1


Cuando uno se imagina a si mismo tirándose desde un trampolín, da volteretas dobles y entra al agua de cabeza, firme y elegante, con las piernas estiradas, los pies en puntillas, la espalda recta y los brazos en paralelo, no traga agua y, además, cuando sale hay gente aplaudiendo. Supongo que será culpa de aquel programa donde algunos famosos se tiraban, si pudo Fortu ¿cómo no voy a poder yo? pero así me imaginaba, hasta ahora. Ahora me imagino a mi misma cayéndome continuamente del trampolín, sin salto, una caída desprevenida, de esas que cada pierna va por su lado, caes en plancha y la tripa se te queda roja, te tragas media piscina y cuando sales hay gente riéndose porque se te ha bajado el bañador y se te ve una teta.


Por eso me hago este blog.

1 comentario: