domingo, 20 de julio de 2014

#2

El novio de mis amigas
El viejo y su pupilo. Ghirlandaio. 1480
Ahora que mis amigas y compañeras de visitas a museos me han abandonado, me he recorrido las tres grandes exposiciones del verano que hay en la capital yo sola. Recorrer los museos sin compañía tiene la ventaja de que gestionas el tiempo de tu visita como te da la gana, sentándote veinte minutos delante de un cuadro si te apetece o pasando olímpicamente de otro que no te interesa un cagao, pero claro, no tienes a nadie a quien decirle: ¡Mira, tu novio! Cuando pasas delante de algún retrato de un señor muy feo. Ir con ellas no era ir a teorizar, que para eso ya hay reseñas por ahí de gente lista, era ir a disfrutar, y como no están, disfrutar disfruto, pero siento la necesidad de compartir con alguien mis apuntes chorras sobre lo que he visto:





-Museo del Prado, “El Greco y la pintura moderna”: Este es el título oficial, pero a mi se me ocurren otros alternativos como “El año de El Greco o cómo cubrir suplementos culturales todo 2014”, “Picasso, gracias por existir y rellenarnos todas las exposiciones de la geografía española y parte del extranjero”, o, “Un montón de pintores nisus ¿influenciados? por El Greco”.

Ahora en serio, se más bien poco sobre este pintor. Una vez hice una visita guiada sobre él que me pilló desprevenida y solté perlas que se me ocurrían sobre la marcha como que pintaba así porque al venir a Toledo se volvió loco de modernidad con tanto trajín cultural que había allí gracias a la escuela de traductores, poca broma, la gente hacía gestos como de que ahora lo entendía todo y se fueron encantados con mis invenciones. Lo que decía; se poco sobre El Greco porque nunca me ha fascinado lo suficiente como para dedicarle horas de lectura y, como está ahí que si que no entre varias corrientes artísticas, el pobre no entra en los temarios de ninguna asignatura, así que me fui con mis escasos conocimientos sobre él a la maldita exposición y pude ver poco porque había miles de señoras con moños, pero mis impresiones son:

Laocoonte. El Greco. 1609.
-Las supuestas influencias no pueden estar más forzadas. Hay algunas relaciones realmente imposibles y a esto contribuyen los artículos diarios en toda la prensa hablando de él como “El primer cineasta”, “El pintor más moderno de todos los tiempos”, “El maestro de Pollock”... La forma de explotar este tema empieza a ser obscena.

-El Laocoonte de El Greco es una maravilla y si Washington os pilla mal no deberíais dejar pasar la oportunidad de ir a verlo, pero si vais, en realidad no lo podréis ver porque el Horror Vacui ha invadido el lugar, lo de que “menos es más” sería una buena filosofía a seguir para la próxima.

-El entierro de Casagemas, de Picasso, no es un cuadro bonito pero es magistral, joder, enterrado a modo de Santo pero rodeado de putas, ojalá si me muero alguien me hiciese un cuadro con tanto sentimiento. Si podéis, matriculaos en historia del arte en la UCM para que Antonio González os de Picasso y os explique este cuadro y lloraréis de la emoción.

-Poner las esculturas de Pandora y Epimeteo dándole la espalda a los bañistas de Cezanne no estoy segura de si es un epic fail o un epic win.

-Los trípticos explicativos de este museo son siempre una maravilla, papel gordito y resistente, coged muchos de la exposición y meterlos en el bolso después de leerlos, me llevan salvando la vida estas semanas a modo de abanico.


-MNCARS, “Richard Hamilton”: Fui a ver esta exposición con las expectativas por los suelos porque gente con ¿buen? criterio me había hablado muy mal sobre ella y salí de allí con los ojos haciendo chiribitas. Nunca me había parado a pensar hasta que punto influye en tu visión sobre algo las condiciones que te rodean hasta el día que vi esta expo; fui un día entre semana prácticamente antes de que abriesen taquillas así que vi completamente sola cada sala, además, por el patio interior entraba una luz fresquita de mañana de verano que llenaba el museo de un aura realmente especial, suene lo cursi que tenga que sonar.

El caso es que lo que vi fueron catorce salas como catorce soles. Una retrospectiva completa a más no poder, salas repletas pero ligeras, textos explicativos sorprendentemente sencillos pero buenos, un montaje pensado para que la interacción entre obra y público sea por fin efectiva, la forma de narrar el discurso reflexivo entre la crítica y la idolatría de la cultura contemporánea -la máquina, los Mass media, Hollywood, el diseño industrial- que se le (nos) venía encima no puede estar mejor tratada; todo bien, todo genial joder.
Hamilton siendo adorable.
En cuanto al artista, nunca he sido demasiado fan del pop art y no voy a decir ahora que me parezca el artista definitivo, pero mientras estaba allí me lo parecía. No deja un género por trabajar, el apropiacionismo cobra un sentido que no había encontrado nunca antes en otro artista ni exposición, solo la sala dedicada al Gran Vidrio de Duchamp es para tirarte horas, el entorno creado con metacrilatos que se confunden con las propias ventanas en la sala de Exhibit a modo de recreación de esta expo de 1957 es ACOJONANTE, tiene unas salas con pinturas horribles que incluso parecen buenas con tanta cosa de verdad buena por delante y por detrás, las “Imágenes de protesta” que ni recordaba que existían me acabaron de conquistar el corazón, no se que más, de nuevo todo bien, todo genial, me alegró la mañana, el día y casi la semana. Ojalá todas las exposiciones mainstream tuviesen esta calidad. Ojalá pudiera casarme con el Reina Sofía.

Siendo esta (en la versión de la Tate) la última exposición en la que el artista en persona participó en el diseño y montaje y con lo de comer en El Bulli todo el rato supongo que se moriría súper contento.

Los folletos aquí regular, el papel es de chichinabo y ni abanican ni nada de nada.



-Museo Thyssen, “Mitos del Pop”: Como siempre que voy al Thyssen salgo un poco de los nervios, el retrato de la baronesa con alas de ángel, el precio de la entrada, la HORA de entrada a la exposición, todo me da bastante grima y nunca quiero volver, pero Ay. El título alternativo de ésta sería el mítico "Exit through the gift shop", por que la exposición normal, pero el chiringuito de regalos poperos habría hecho las delicias de mi consumismo compulsivo si hubiese llevado cartera. 

La he visto muy rápido porque cerraban así que las conclusiones son un poco mierderas, aunque son básicamente las que saco en todas las expos de este museo: Es la oportunidad de ver un montón de obras que no vas a ver en tu vida en España porque donde hay pasta hay alegría, aunque estén montadas como el culo y con un trabajo curatorial igual a cero. A veces, no todas.

Por lo demás: Me gusta que empiece con “Reflexiones sobre la violencia”, de Kitaj, de camino hacia allí iba pensando no se porqué en la anécdota protagonizada por Dorothy Pobder, la señora de la crew de La Factory que disparó a los cuadros de Marilyn que luego se serigrafiaron con disparo incluído y pensé que la violencia es bastante pop en realidad. El autorretrato con luces de neón de Warhol es la cosa más fea jamás creada y con lo que habrá costado traerlo no entiendo la necesidad. Amo a Tom Wesselmann al mismo nivel que a Hammilton desde hoy, ya es difícil hacer un bodegón por muy pop que sea que inspire algo que no sea aburrimiento. Eduardo Arroyo, ¿Porqué? Ed Ruscha, muy bien. Equipo Crónica destruyendo la cultura pop desde el pop con sus Mickeys la verdad es que no dejan de tener gracia, parece que el arte pop está muy visto pero los ilustradores y artistas moderniquis no paran de refreír estas cositas que YA tuvieron su momento. No se que más porque he perdido el papel donde he anotado cosas.


Still Life 34. Tom Wesselmann. 1963.
América! América! Equipo Crónica. 1965






















Y así es como echo yo de menos.

sábado, 19 de julio de 2014

#1


Cuando uno se imagina a si mismo tirándose desde un trampolín, da volteretas dobles y entra al agua de cabeza, firme y elegante, con las piernas estiradas, los pies en puntillas, la espalda recta y los brazos en paralelo, no traga agua y, además, cuando sale hay gente aplaudiendo. Supongo que será culpa de aquel programa donde algunos famosos se tiraban, si pudo Fortu ¿cómo no voy a poder yo? pero así me imaginaba, hasta ahora. Ahora me imagino a mi misma cayéndome continuamente del trampolín, sin salto, una caída desprevenida, de esas que cada pierna va por su lado, caes en plancha y la tripa se te queda roja, te tragas media piscina y cuando sales hay gente riéndose porque se te ha bajado el bañador y se te ve una teta.


Por eso me hago este blog.