El pasado 31 de octubre se inauguró en
el Centro Gallego de Arte Contemporáneo la exposición “el orden
de las primeras cosas” de Carlos León, que se podrá disfrutar
hasta el 1 de marzo de 2015.
El artista, conocido principalmente por
su obra pictórica, presenta por primera vez en esta exposición sus
esculturas. Las obras seleccionadas por el pintor junto con los
comisarios de la exposición, Ángel Cerviño y Alberto
González-Alegre, son una cuidada muestra de las investigaciones que
el artista ha realizado los últimos años en el terreno de lo
escultórico y el resultado es una maravillosa fusión entre las dos
facetas.
Estas nuevas esculturas se han
convertido en una especie de materialización de sus pinturas, en
ellas ha recuperado la geometría de sus inicios, que nunca acabó de
irse, y suponen el complemento perfecto a las narraciones mitológicas
clásicas con las que siempre ha relacionado su obra, reforzando
además el componente estrictamente contemporáneo, crudo e
industrial que, tanto por los materiales como por la factura, tienen
sus cuadros. Se componen de objetos en su mayoría metálicos
rescatados tras largas horas paseando entre chatarras industriales,
desenterrando de lo que parecían marañas de deshechos inservibles
la belleza más pura, la belleza que los objetos guardan en si mismos
incluso después de haber sido sometidos a todo tipo de maltrato.
Fruto de ese trabajo de campo, de la conversión del artista en
arqueólogo y del respeto que muestra con la innegociable condición
de mantener las piezas en el estado en el que fueron halladas, sin
soldaduras ni ningún otro tipo de intervención, han surgido las
composiciones que dan vida a sus esculturas y que demuestran su
excepcional visión para componer imágenes, conceptos e historias.
Junto con la parte tridimensional, se
encuentran además un buen número de cuadros con los que se ha
ganado el título de “El maestro de la abstracción” para la
prensa gallega. Aunque en un primer momento su obra estuvo ligada a
la del movimiento francés “Supports-Surfaces”, fue girando hasta
el expresionismo abstracto más radical y tomando influencias de
numerosas figuras y corrientes que fue conociendo a lo largo de sus
estancias en París y Nueva York, lo que le han permitido llegar a
crear un estilo completamente inconfundible y con una fuerza que esta
exposición ha sabido recoger y transmitir a la perfección.
Noticia originalmente publicada en PAC